lunes, 1 de diciembre de 2014

¡CON LOS OJOS BIEN ABIERTOS!

Evangelio: Marcos 13,33-37
"Velad, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa"
En aquel tiempo, dijo Jesús sus discípulos: "Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!"

Nuevamente el ciclo litúrgico nos lleva a reflexionar sobre nuestra vida, todo coincide: el final del año, la navidad con su doble sentido de primera venida y espera de la segunda al final de los tiempos... pero que nos decimos nosotros los que vivimos de la fe en Cristo.

Para el confirmando debe ser un tiempo de reflexión, de espera... ya te confirmaste, pero el camino que comienzas, va en espiral, cada año te reta a ser mejor, debes estar con los ojos bien abiertos, sin caer en el sueño, estando en vela.

Hay tantas cosas que en este mundo, algo cruel, nos agobia y nos hacen querer caer en el sueño, y nos sentimos soñolientos de la vida, preferimos adormecer nuestras conciencias y desviar nuestra atención de las cosas que valen la pena.

Ahora que tu fe te ha sido dada, la armadura de la fe te ayudará a mantenerte despierto..